Ayer por la tarde vino Doris a buscarme,
me acompañaría a visitar el cerro donde vive, donde Karit colaboró con el
proyecto de abastecimiento de agua potable y alcantarillado.
Conforme íbamos avanzando en nuestro
recorrido se iban sumando amigos, y es que no os podéis imaginar la de amigos
que Karit tiene aquí. Nos encontramos con la Sra. Rosa justo antes de comenzar
a subir escaleras, pasamos por el taller de Wilder, quien termino de pegar unas
maderas y se unió a nosotros, en la puerta de Lourdes hicimos otra parada y
seguimos charrando.
Hablamos del agua y del alcantarillado,
de cómo cambia la vida.
Hablamos de subir escaleras, de construir
poco a poco, de mucho esfuerzo.
Hablamos del futuro, de los esperados
muros de contención.
“23 de octubre de 2006, ese fue el día que
tuvimos agua” recordaba la Sra. Rosa. Increíble.
Y hablando, y sobretodo escuchando, se nos
hizo de noche. Quedamos para seguir compartiendo en otro rato.
Me quedo con la memoria.. .esa memoria que no puede olvidar las fechas de los cambios, del desarrollo, de los avances. Una memoria no selectiva pero si agradecida, si que valora... Una memoria en la cual las fechas se convierten en momentos ya que el tiempo se llenó de sentido, de profundidad, de vida... Memoria que convierte las cosas en nombres, en personas... Memoria que actualiza personas y encuentros.
ResponderEliminarSeguimos subiendo escaleras, dando pasos siempre más arriba, más allá... no sin esfuerzo, no sin perder energía, no sin dejar alguno un poco rezagado... pero siempre subiendo, siempre buscando, siempre luchando... ¿Hoy también? Claro, por supuesto... un paso más, sin desfallecer, al ritmo que marca el servicio a los últimos.
Gracias
Dales un abrazo muy muy muy fuerte a toda esa buena gente con la que te vas encontrando... ellos también son KARIT. Recuerdo ese 23 de Octubre, algunos tuvimos la suerte de estar allí y fue en momento muy emocionante, el fruto a muchos meses de duro trabajo, de madrugones, de jornadas de sábado y domingo dedicadas a hacer zanjas, de escuchar el ruido del cincel y el martillo golpeando el duro suelo de roca, ... y todo ello fue posible gracias a toda esas personas con las que te vas cruzando estos días. Gracias Raúl por acercarlos y hacer que los sintamos parte de nosotros.
ResponderEliminarQué alegría leerte Raúl!
ResponderEliminarHas traído a mi memoria ese 23 de Octubre...también tuve la suerte de compartir ese momento con toda esa gente de gran corazón que ahora te rodea. Que el agua empezara a brotar ese día fue fruto del esfuerzo compartido...El esfuerzo de todos aquellos amigos que luchan día a día por mejorar sus condiciones de vida...Da muchos recuerdos por allá...A cada uno de ellos los llevamos siempre en el corazón...
Cuídate! Un besazo!
Inma
Hola amigos, me encanta leeros!
ResponderEliminarHablar de amigos en común te hace sentir como en casa, así me siento yo en José Gálvez. Todas los encuentros comienzan de la misma forma, repasando vuestros nombres, preguntándome por vosotros, llevando vuestros recuerdos y recogiendo los que os daré a mi regreso. Vuestro paso por José Galvez seguro que fue silencioso, pero no inadvertido. Os recuerdan con muchísimo cariño. Hoy he tenido la suerte de compartir la mañana con Abraham, en el colegio Nuestro Salvador. Después he llegado a tiempo de echar una mano en el comedor de Santa Teresita. Allí me encontré con el Sr. Lalo. De nuevo mas amigos.
Un abrazo grande!
Hola Raúl !!! Que bien que nos vayas contando lo que va pasando por allí, lo que vas viviendo y experimentando.Te seguimos leyendo!!
ResponderEliminarUn abrazo
Eva
La importancia del agua para el desarrollo de las comunidades es trascendental. Un agua de calidad es una promesa de desarrollo y de futuro. El mayor desarrollo de Europa tuvo lugar una vez que se empezaron a canalizar y controlar las aguas. Además el agua tiene otro valor añadido, forma parte de nuestras creencias y de lo que somos tanto física como espiritualmente
ResponderEliminarUn abrazo