martes, 3 de junio de 2014

Maletas con Esperanza

Ya a punto de salir para España, os dejo mi última aportación al blog, dentro de poco otros contaran sus experiencias y pensamientos. Un consejo para todos ellos: llevad una linterna y cercioraos de que podéis hablar con vuestro teléfono desde donde estéis ya que no todas las operadoras tienen conciertos con todo el mundo (como me ha ocurrido a mí)
Tres son las virtudes teologales que aprendimos siendo niños. Fe, Esperanza y Caridad.
La Fe es una virtud poderosa capaz incluso de mover montañas, pero es una virtud volitiva, podemos o no tener fe, es más, en ocasiones tiene grados y, así, decimos que alguien tiene una fe ciega en algo o que se es un hombre con poca fe en algo.
La Caridad, la virtud más dulce, también depende de la voluntad, y se puede ejercer en forma de limosna, forma más fácil de ejercer la caridad, y también en forma de entrega a los demás. Las hermanas son ejemplos tangibles de Fe y de Caridad llevados hasta sus últimas consecuencias y  sólo comprensible por su Amor y dedicación a Dios.
Me referiré por último a la Esperanza, es la única innata, la única que no depende de la voluntad, siempre queda algo de esperanza, por eso es lo último que se pierde.
El ser humano, es increíble, decía un anuncio publicitario hace algunos años, en efecto, lo es, tiene potencialidades para realizar tareas increíbles, podemos ser capaces de cambiar un poco y así lograr cambiar un mucho, como dice nuestro lema, con esa Esperanza de que es posible me despido de los que habéis seguido este blog, no sin antes decir que este viaje ha dejado una huella profunda y que constituirá una nueva visión de las cosas.
Os dejo una frase y una imagen para la Esperanza

“MAROMAK HELU HO ITU” que, en Español, viene a significar que Dios esté con nosotros

lunes, 2 de junio de 2014

La palabra

La palabra, el poder de la palabra, es capaz de explicar cualquier cosa, de enseñarnos todo, la palabra nos tranquiliza y nos consuela.
La palabra compromete-- te doy mi palabra, decimos- la palabra es compartida y cuando no queremos compartir con alguien le negamos la palabra y decimos que éste no se habla con aquel. Hay palabras duras e incluso malsonantes, pero las hay hermosas y dulces. Que alegría al escuchar las primeras palabras y que triste oír decir las últimas palabras a un ser querido. Porque hay “palabras precisas con sonrisas perfectas” y, también, “palabras de amor sencillas y tiernas” y porque “si lo he perdido todo, me queda la palabra” .Por todo ello y por muchos más:
 “En el principio fue la palabra…”
“Quien algo quiere algo le cuesta” es un dicho que muchas veces he puesto en mis labios como bien sabe mi amigo, amigo, sí, claro, y también compañero, camarada, discípulo y también maestro Eduardo. Para poder vivir esta experiencia he tenido que sortear varias barreras: De distancia, económicas, laborales y sentimentales, pero  la más difícil, junto con la sentimental,  ha sido  la de la comunicación, la de las palabras, sin la presencia de las hermanas mi viaje no hubiera tenido ni la décima parte de su interés, es más, hubiera sido imposible de realizar. Gracias a ellas, que me han servido de intérpretes y que, además me han acogido, acompañado, cuidado y mimado y que han sido una bendición. Gracias también a todos los miembros de Karit, a todos los han visitado el blog y gracias, como no, a ti Mª Jesús, sin ti  los días no tendrían color.