sábado, 20 de diciembre de 2014

Volando...

Y sin darnos cuenta llegó el 20 de Diciembre, y de nuevo os escribo desde el aeropuerto. Toca volar de nuevo.  

Lima y sus caóticas infraestructuras nos han puesto a prueba, pero lo hemos conseguido.

GRACIAS a los que desde allí y aquí han ello de esta experiencia algo increíble.

Nos vemos pronto!

sábado, 13 de diciembre de 2014

Rafael y sus 26 hijos




Ayer conocí a otro amigo de Karit, a Rafael. Hoy tiene 26 hijos, y son mucho mas mayores que él.  Así me describía a las personas mayores que hoy viven en la “Casa-Hogar para Ancianos en Abandono” en Callao, Lima. Rafael ha decidido dar su vida al cuidado de sus abuelos. Pero ojo: Rafael no los cuida, Rafael los quiere. Los acompaña en su vejez, les ofrece un hogar y el cariño de un padre. Existe una maravillosa diferencia entre cuidar y querer.

Me presento uno a uno a sus abuelos y luego nos sentamos en una salita pequeña, con el ruido de fondo de un televisor, y comenzamos a charrar…

Hablamos de la juventud, de aquel primer anciano, de la primera casa y del deseo de ocupar toda la manzana.
Hablamos de la ayuda recibida, de las colaboraciones, de los abrazos y las sonrisas, de los amigos y de los proyectos compartidos.
Hablamos de sus abuelos, de aquellos que no están identificados, de los que solo hablan quechua, de los celosos y de los que se sienten reyes de la casa.
Hablamos también de las acciones mas míseras del ser humano.
Pero terminamos hablando del sazón de la vida, del sentirse feliz, de saber que es este el camino.

Salí del hogar de ancianos de Callao sintiéndome afortunado de haber compartido un rato con Rafael. Conocí a una persona integra y verdadera, aprendí mucho. Nos faltó tiempo, pero la Hna. Carmen y Eulogio aguardaban en el coche y aún nos esperaban en otros sitios.
Me dijeron antes de viajar a Perú, que era importante ir a visitarlo, no se equivocaban.


Me dio tiempo a tomar su correo, estaba escrito en la fachada. Desde el coche, ya en marcha, lo he anotado para mi y para vosotros. Lo guardo para que me lo pidáis, y si un día vais a Lima le deis un abrazo de mi parte, o por si queréis escribirle mañana un correo, tal vez no conteste rápido porque estará ocupado atendiendo a sus hijos, pero seguro que cuando lo lea se alegra de volver a saber de sus amigos de Karit, y de nuevo nos siente cerca.

martes, 9 de diciembre de 2014

Vale la pena!

En el año 1997 Miguel entraba en el Centro San José de Rehabilitación de Toxicómanos, en José Gálvez, donde pasó dos años recuperándose. Ayer, con un rostro feliz, que evidenciaba una vida sana, volvía al centro acompañado de su mujer, de su hija y de su madre. Se abrazaban emocionados al hermano Dulanto. Quien dirige el centro y trabaja las 24 horas del día en él.  Dulanto me decía “Vale la pena”.

Los Domingos en el centro San José son días de abrir las puertas: de recibir a los familiares y amigos que viven cerca. También son días de celebrar la eucaristía junto a sus vecinos, en uno de sus salones grandes, uno de esos bien sencillos pero que pueden servir para todo.

Mientras las familias se reunían con Fernando (el psicólogo), Dulanto, Brahan, Isaac y David me han acompañado a conocer el centro: su comedor, su huerto, su granja, su gimnasio, su carpintería, sus dormitorios ya reparados, sus baños… Al final nos ha tocado correr, eran ya las 11:55 y a las 12:00 comenzaba la eucaristía.


*Justo aquí estábamos viendo el último proyecto que desde Karit hemos compartido con ellos, la reconstrucción y rehabilitación de los dormitorios, los cuales sufrieron graves daños tras un terremoto.


Miguel sentado junto a su familia en uno de los bancos acompañaba al resto de hermanos que ahora se encuentran en tratamiento. Un ejemplo de esfuerzo, superación y valentía. Una referencia.

Cuando ya estábamos a punto de irnos, una de las familias se ha acercado a nosotros, a Karit, nos han dado las gracias. Me contaban lo importante que estaba siendo la carpintería para su hermano, quien ahora se encontraba rehabilitándose. Se sentían entusiasmados.

Dulanto tiene razón: Vale la pena!

viernes, 5 de diciembre de 2014

Cerros y contrastes



Ayer salí a conocer uno de los cerros que está a escasos metros de casa de las Hermanas. Un cerro es una formación geológica que no suele superar los 100 metros de altura, considerándose entonces mas bajos que las montañas. Su base es extensa y su cima es redondeada o gastada. Al no poseer una altura tan pronunciada, ni pendientes tan grandes son de mucho mas fácil acceso que las montañas. En Lima, comenzaron ocupándose sus bases extensas, pero pronto falto espacio para los Peruanos que llegaban a la ciudad procedentes de la Sierra y la Selva, y terminaron ocupándose en su totalidad. Es sobre ellos donde se desarrollan muchos de los Pueblos Jóvenes de la periferia de Lima.

Os puedo garantizar que no es sencillo transitarlos.

En mi camino me encontré con tres jóvenes, de entre nueve y once años, que no dudaron en hacerme una entrevista. Y sí, digo bien: entrevista. Cuatro preguntas rápidas y directas, que casi parecían que estuvieran preparadas:
1. ¿Por qué haces fotos?
2. ¿España es grande?
3. ¿Está mas desarrollada?
4. ¿Los carros son diferentes?
Algunas muy difíciles de responder. Mis respuestas fueron poco objetivas. Intente hablar de los que nos unía y evite hablar de lo que nos diferenciaba, pero lamentablemente creo que no resulte del todo convincente.  
Ellos continuaron jugando y yo continúe con mi recorrido.

Me di cuenta de lo difícil que me resultaba hablar aquí de mi realidad. Seguramente, no porque sean distintas, sino porque son injustamente desiguales. Decimos que Lima es una ciudad de contrastes. ¿Acaso no vivimos en un mundo lleno de contrastes? ¿Podremos hablar dentro de poco de realidades diferentes, pero donde en todas ellas la persona pueda desarrollarse en condiciones dignas?


martes, 2 de diciembre de 2014

Comedores y cocinas



Ayer conocí uno de esos lugares increíbles de Perú. Un lugar necesario, complejo, de trabajo y de servicio: el Comedor Popular Santa Teresita del Niño Jesús. Pegado a la parroquia, pegado al taller de costura y pegado a la gente.

Podríamos decir que es uno mas de los 3400 comedores populares que existen hoy en Lima y de los cuales se benefician medio millón de personas cada día. Pero si nos quedáramos sólo con ese dato nos perderíamos un montón de detalles.

Es un espacio que surge en los años 90, fruto de la necesidad. Que incentivó a las mujeres a salir de sus casas y participar en lo público. Ofreciendo un generoso servicio a la comunidad.
Es un espacio colectivo donde madres y mujeres trabajan todos los días para dar de comer a sus hijos, apoyándose las unas en las otras.
Es un espacio donde se aprende, donde se resuelven conflictos y donde se practica la democracia.
Es un espacio en una pequeña parte subvencionado y en otra grande autogestionado. Con un presupuesto mínimo. Afortunadamente apoyado por diferentes organizaciones.
Es un espacio creativo donde se respira ingenio y se hacen malabares. Donde se aprovechan los recursos al máximo para conseguir todos los días un menú equilibrado y rico.
Es un espacio que funciona desde las 9 de la mañana, cuando se comienza a preparar la comida, hasta las 3 de la tarde, cuando se terminan de limpiar las mesas y guardar las ollas.

Es un espacio del que hoy podemos aprender muchísimo.

Corté lechugas y serví las lentejas. Siempre bajo la supervisión de Elsia, quien ayer era la responsable de cocina. No os la podéis imaginar. Que señora!! Parecía muy mayor, pero sólo parecía. Era una mujer vital que se manejaba rápidamente en la cocina; controlando y dirigiéndonos para que todo funcionara y estuviera a tiempo. Y además, pendiente en todo momento de que la comida estuviera rica.  
Las manos de Victoria y Cata ayudaban a mantener el ritmo de trabajo, también fueron importantes la de algunos vecinos que iban lavando platos y ollas.

Cuando ya estaba todo recogido Elsia se sentó y la vitalidad dejo paso al cansancio. Aún así no dejo de sonreír.