La palabra, el
poder de la palabra, es capaz de explicar cualquier cosa, de enseñarnos todo,
la palabra nos tranquiliza y nos consuela.
La palabra
compromete-- te doy mi palabra, decimos- la palabra es compartida y cuando no
queremos compartir con alguien le negamos la palabra y decimos que éste no se habla con aquel. Hay palabras duras e
incluso malsonantes, pero las hay hermosas y dulces. Que alegría al escuchar
las primeras palabras y que triste oír decir las últimas palabras a un ser
querido. Porque hay “palabras precisas con sonrisas perfectas” y, también, “palabras
de amor sencillas y tiernas” y porque “si lo he perdido todo, me queda la
palabra” .Por todo ello y por muchos más:
“En
el principio fue la palabra…”
“Quien algo
quiere algo le cuesta” es un dicho que muchas veces he puesto en mis labios
como bien sabe mi amigo, amigo, sí, claro, y también compañero, camarada, discípulo
y también maestro Eduardo. Para poder vivir esta experiencia he tenido que
sortear varias barreras: De distancia, económicas, laborales y sentimentales,
pero la más difícil, junto con la
sentimental, ha sido la de la comunicación, la de las palabras,
sin la presencia de las hermanas mi viaje no hubiera tenido ni la décima parte
de su interés, es más, hubiera sido imposible de realizar. Gracias a ellas, que
me han servido de intérpretes y que, además me han acogido, acompañado, cuidado
y mimado y que han sido una bendición. Gracias también a todos los miembros de
Karit, a todos los han visitado el blog y gracias, como no, a ti Mª Jesús, sin
ti los días no tendrían color.
Amen
ResponderEliminarAhora esperamos tu palabra, tu presencia, tus proyectos, tus imágenes, tus vivencias, tu vida...
ResponderEliminarAhora las palabras empezarán a dar fruto, seguro