martes, 9 de diciembre de 2014

Vale la pena!

En el año 1997 Miguel entraba en el Centro San José de Rehabilitación de Toxicómanos, en José Gálvez, donde pasó dos años recuperándose. Ayer, con un rostro feliz, que evidenciaba una vida sana, volvía al centro acompañado de su mujer, de su hija y de su madre. Se abrazaban emocionados al hermano Dulanto. Quien dirige el centro y trabaja las 24 horas del día en él.  Dulanto me decía “Vale la pena”.

Los Domingos en el centro San José son días de abrir las puertas: de recibir a los familiares y amigos que viven cerca. También son días de celebrar la eucaristía junto a sus vecinos, en uno de sus salones grandes, uno de esos bien sencillos pero que pueden servir para todo.

Mientras las familias se reunían con Fernando (el psicólogo), Dulanto, Brahan, Isaac y David me han acompañado a conocer el centro: su comedor, su huerto, su granja, su gimnasio, su carpintería, sus dormitorios ya reparados, sus baños… Al final nos ha tocado correr, eran ya las 11:55 y a las 12:00 comenzaba la eucaristía.


*Justo aquí estábamos viendo el último proyecto que desde Karit hemos compartido con ellos, la reconstrucción y rehabilitación de los dormitorios, los cuales sufrieron graves daños tras un terremoto.


Miguel sentado junto a su familia en uno de los bancos acompañaba al resto de hermanos que ahora se encuentran en tratamiento. Un ejemplo de esfuerzo, superación y valentía. Una referencia.

Cuando ya estábamos a punto de irnos, una de las familias se ha acercado a nosotros, a Karit, nos han dado las gracias. Me contaban lo importante que estaba siendo la carpintería para su hermano, quien ahora se encontraba rehabilitándose. Se sentían entusiasmados.

Dulanto tiene razón: Vale la pena!

4 comentarios:

  1. ¡¡Claro que vale la pena!!
    Vale la pena y mucho... Es ayudar con generosidad, el dar sin medida, el dar 'para que otros vivan'... Vale la pena una actividad y una propuesta aquí para que valga la pena allí cuando hay algo más que lo material... ese algo más es la entrega generosa. Creo que el valor lo da eso: la generosidad del voluntario en la actividad, de Dulanto y otros como él en los proyectos, de las familias que agradecen, visitan y acompañan, del que da un donativo en una feria... solo lo material no seria suficiente. Para que valga la pena hay que hacer las cosas bien con nuestros técnicos de aquí, con la exigencia de hacer las cosas bien allí y terminarlas. Generosidad de mirar por y con ellos, con los últimos.
    Una vez me dijo alguien que si siembres generosidad, entrega, disponibilidad... son semillas que calan en lo profundo, que se incrustan en la tierra, que dan mucho fruto. Generosidad con generosidad se paga. Es lo que hace que la sonrisa, las gracias, la acogida, la gratitud... de los que te encuentras allí no es por los recursos que han recibido para ese techo o para otras cosas, que también es por ello, sino por la generosidad, la entrega, la amabilidad, el interés...de los que han estado implicados en esos proyectos. Esa generosidad comenzó con la presentación del proyecto a Karit, pasó por la del voluntario en una actividad y después de un tiempo termina en la sonrisa de Dulanto o de una familia, en el 'vale la pena' del que nos hablas. Gracias Raúl.

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  2. Vale la pena... estoy con vosotros.
    La primera vez que tuve la suerte de visitar el Centro San José, quedé impresionada por el testimonio de los chicos y de Dulanto. Fue una tarde que veníamos del Centro de Madres Adolescentes, íbamos 4 voluntarios de Karit con la Hna Zelia... Dos experiencias tremendas que nos marcaron... Después hemos podido compartir proyectos, ilusiones, emociones... taller de carpintería, herramientas, instrumentos musicales, reconstrucción de habitaciones... Recursos que hacen que el gran servicio que este Centro presta a la sociedad, pueda realizarse en mejores condiciones. Todo eso vale la pena!!
    Pero sobre todo vale la pena la dignidad de las personas, el esfuerzo de quienes pelean día a día para que estos chicos salgan adelante, su fuerza de voluntad e ilusión por cambiar sus vidas.
    Gracias Raúl. Ese salón que como bien dices, grande pero sencillo, y que vale para todo... vale la pena!!

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  3. Comentario cortito: Claro que vale la pena, ese vale la pena forma parte de nuestra recompensa, esa sonrisa que se genera en las contrapartes, alimenta nuestras almas y hace que redoblemos los esfuerzos.

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    1. Gracias Rafa. Alguien me dijo una vez que las cosas cambiarían en nuestra relación con los países desfavorecidos si cambiáramos el verbo COMPARTIR por el verbo DEVOLVER. Cuando se ha pasado por el 'sur' al volver a nuestro 'norte' tenemos la necesidad de dar y darnos tras lo mucho recibido y guardado... lo que tu llamas redoblar los esfuerzos. Un abrazo.

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