Esta semana después de reducir las dimensiones, cambiar detalles, requetebuscar presupuestos y ajustar al mínimo los costes hemos empezado a desmontar parte de la casa de la familia de Luis Angel, para liberar la parcela, nivelarla y arrancar con las obras de una mini casita digna de madera.
Aquí no es fácil mediar con los constructores y otros oficios, pues te dan a veces la palabra y no se presentan o pretenden cobrarte más de lo acordado, el caso es que a pesar de estos imprevistos que estamos sufriendo por falta de seriedad, vamos para adelante con mucha ilusión y tesón, eso sí, con la inestimable ayuda de los chicos del Centro de san José a cargo de Dulanto, que nos están apoyando de forma ejemplar y sinceramente dadas las condiciones del acceso a la parcela sería imposible este proyecto sin ellos. Nadie quiere subir los materiales hasta allí por lo complicado y duro que está. Aquí os los muestro, subiendo sacos de cemento de 42 kilos, cubos de arena, cavando el terreno,...., a estos amigos de Karit, que tanto significan para hacer estos sueños realidad.( Disculpad por las fotos acostadas, por más que las giro no se insertan correctamente).
Estos son los niños que vivirán en la nueva casa, desde que empezamos esta aventura, han vuelto a sonreír y esto nos debe de llenar de gozo y orgullo, gracias a las semillitas de esperanza que Karit va plantando en el cerro, la gente alberga ilusiones que les empujan a levantarse y seguir buscando para comer y luchar por sus hijos, porque ven que alguien se preocupa por ellos, que no todo está perdido.
De hecho la madre estaba muy desanimada, ya sin apenas metas ni ganas para salir de la casa, pero con la obra se ha "despertado" y está trabajando muy duro y con alegría para que esto salga adelante.
¡Que importante es eso que dices de sembrar ilusión en los decepcionados como función de Karit! Sería una buena definición de una ONGD. Me ha gustado mucho lo que dices después: ese pequeño "empujoncito" que tienen gracias a Karit les hace levantarse y trabajar, si, porque son ellos los protagonistas de su propio desarrollo, no nosotros, ellos, como muy bien señalas tú están trabajando muy duro. ¡Ojalá no se nos olvide nunca! Gracias por recordarnoslo.
ResponderEliminarHola Elena. gracias porque de las dificultades sabes sacar esperanzas, caminos nuevos, sonrisas, esperanzas y nuevas ilusiones. Esa es la solidaridad de estos tiempos y la que nos mueve a reconocer que con poco se hace mucho, que las sonrisas y las esperanzas vuelvan a los rostros y a las personas. Dios se manifiesta en esa nueva esperanza y en también tu tesón en dar lo mejor de ti. Saludos desde tu casa del cole de Murcia y desde la Delegación de Murcia que ya desea verte contar lo que vives. Ánimo. Saludos de las hermanas. Hna. Arlyn
ResponderEliminarHola Elena!! Que alegría oirte y poder hacer que sintamos cerca a todas esas personas que nombras y con las que hemos compartido tantos momentos.
ResponderEliminarComo muy bien dices, José Gálvez es un lugar con unas condiciones bastantes duras, en donde muchas personas (demasiadas) viven en situación de pobreza o extrema pobreza, sin embargo, en medio de todo eso son capaces de dar lo mejor que tienen y de salir adelante; son capaces muchas veces de peonsar también en "el otro". Esos chicos de San José (con Dulanto a la cabeza -mandale un fuerte abrazo de mi parte-) siempre están dispuestos a echar una mano.
Enhorabuena por tu estupenda labor, ánimo con la construcción de esa casa, estoy deseando verla!! Gracias Elena. Besotes y abrazos
Gracias a todos vosotros por estas palabras de ánimo, que gusto poder compartir de verás esta experiencia a pesar de la lejanía ...y sobre todo sentiros tan cerca apoyando todas estas iniciativas, Un abrazo muy fuerte!!! seguimos al pie del cañón trabajando duro!!
ResponderEliminarSólo puedo decir que se me saltan las lágrimas...
ResponderEliminarSilvia