sábado, 10 de mayo de 2014

Hatulia-letefobo

 Se ha tenido que suspender el viaje a Hatolia debido a que las lluvias han dejado la carretera intansitable, así es que he tenido un día de fiesta que me ha venido bien para arreglar algunos asuntos que tenía encomendados y además, poner un poquito de orden en los correos electrónicos. No obstante he hablado con la Hermana Madalena y, tal vez, pueda realizar la visita más adelantes,
El viernes salimos hacia otra población, Letefobo, tomamos la misma carretera que va hacia Indonesia y, en segida,  nos desviamos hacia la carretera que va hacia Hatulia y Letefobo. La carretera serpentea en una constante subida, aunque está mejor que la que transitamos hacia Bobonaro, atravesando bosques exuberantes y frondosos con árboles que, yo creo, superan los 30 metros de altura y que cobijan densos arbustos de cafetos.
Tras desviarnos para ir hacia Letefobo continuamos ascendiendo hasta llegar a la casa que allí tienen las hermanas. Otro caluroso recibimiento, otra muestra de entrega y de abnegación sin tregua. El clima aquí es muy diferente al de Dili y obliga a tener que dormir entre mantas. Visitamos las instalaciones que están construyendo para una futura escuela, y aunque adelantadas, todavía no están finalizadas y me hablaron las hermanas de la falta de todo tipo de material escolar.
Con poco mucho, así es, en efecto, pero se queda todavía escaso para la labor que desarrollan las hermanas, tanto en esta población como en las restantes.
Miembros de Karit, amigos, simpatizantes y curiosos que visitáis este blog hemos de redoblar esfuerzos para extender la labor que se está haciendo.

En la medida que ayudamos al prójimo, contribuimos a crear una sociedad más justa y más humana. Es una obligación personal y colectva y es un mandato divino.

3 comentarios:

  1. El mandato divino pasa, como dices, por el hombre, por el aquí y el ahora de nuestro mundo. El proyecto de Dios para la humanidad es la fraternidad. Un mundo más justo, en paz y fraterno. Gracias Rafa por ayudarnos a mirar, a revisar, a comprometernos... y a saber que nuestra tarea es aquí para que se note allí. Acrecentar nuestro poco aquí para que sea mucho más allí.
    Dios te bendiga

    ResponderEliminar
  2. Dices "Con poco mucho, así es, en efecto, pero se queda todavía escaso..." y para mi ha supuesto una llamada de atención al, a veces, demasiado triunfante lema que tenemos. En efecto muchos pocos hacen un mucho y hay que seguir con todos esos pocos, pero hace falta más. Tú dices que todavía es escaso y lo dices de primera mano, porque lo has visto. Nos das testimonio de lo conseguido y lo que hay por conseguir. No ser triunfalistas, ese es tu mensaje. Me lo quedo. Hace falta más, esa es tu petición. Tomamos nota.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estoy de acuerdo José. No podemos conformarnos, debemos seguir buscando, seguir creciendo, seguir implicándonos cada día más tanto personal como de manera institucional (nuestra Familia Carmelita). No es fácil pero creo que debemos seguir insistiendo, debemos seguir empujando... No podemos conformarnos con el ser pequeños dicho que una manera que parece cargada de imposibilidad... si, seremos pequeños pero con todas las posibilidades por lo tanto de ser mayores, de crecer. ¿Cómo? Busquemos la manera.

      Eliminar