Se ha tenido que suspender el viaje a Hatolia
debido a que las lluvias han dejado la carretera intansitable, así es que he
tenido un día de fiesta que me ha venido bien para arreglar algunos asuntos que
tenía encomendados y además, poner un poquito de orden en los correos
electrónicos. No obstante he hablado con la Hermana Madalena y, tal vez, pueda
realizar la visita más adelantes,
El viernes
salimos hacia otra población, Letefobo, tomamos la misma carretera que va hacia
Indonesia y, en segida, nos desviamos
hacia la carretera que va hacia Hatulia y Letefobo. La carretera serpentea en
una constante subida, aunque está mejor que la que transitamos hacia Bobonaro,
atravesando bosques exuberantes y frondosos con árboles que, yo creo, superan
los 30 metros
de altura y que cobijan densos arbustos de cafetos.
Tras desviarnos
para ir hacia Letefobo continuamos ascendiendo hasta llegar a la casa que allí
tienen las hermanas. Otro caluroso recibimiento, otra muestra de entrega y de
abnegación sin tregua. El clima aquí es muy diferente al de Dili y obliga a
tener que dormir entre mantas. Visitamos las instalaciones que están
construyendo para una futura escuela, y aunque adelantadas, todavía no están
finalizadas y me hablaron las hermanas de la falta de todo tipo de material
escolar.
Con poco mucho,
así es, en efecto, pero se queda todavía escaso para la labor que desarrollan
las hermanas, tanto en esta población como en las restantes.
Miembros de
Karit, amigos, simpatizantes y curiosos que visitáis este blog hemos de redoblar
esfuerzos para extender la labor que se está haciendo.
En la medida que
ayudamos al prójimo, contribuimos a crear una sociedad más justa y más humana.
Es una obligación personal y colectva y es un mandato divino.
El mandato divino pasa, como dices, por el hombre, por el aquí y el ahora de nuestro mundo. El proyecto de Dios para la humanidad es la fraternidad. Un mundo más justo, en paz y fraterno. Gracias Rafa por ayudarnos a mirar, a revisar, a comprometernos... y a saber que nuestra tarea es aquí para que se note allí. Acrecentar nuestro poco aquí para que sea mucho más allí.
ResponderEliminarDios te bendiga
Dices "Con poco mucho, así es, en efecto, pero se queda todavía escaso..." y para mi ha supuesto una llamada de atención al, a veces, demasiado triunfante lema que tenemos. En efecto muchos pocos hacen un mucho y hay que seguir con todos esos pocos, pero hace falta más. Tú dices que todavía es escaso y lo dices de primera mano, porque lo has visto. Nos das testimonio de lo conseguido y lo que hay por conseguir. No ser triunfalistas, ese es tu mensaje. Me lo quedo. Hace falta más, esa es tu petición. Tomamos nota.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo José. No podemos conformarnos, debemos seguir buscando, seguir creciendo, seguir implicándonos cada día más tanto personal como de manera institucional (nuestra Familia Carmelita). No es fácil pero creo que debemos seguir insistiendo, debemos seguir empujando... No podemos conformarnos con el ser pequeños dicho que una manera que parece cargada de imposibilidad... si, seremos pequeños pero con todas las posibilidades por lo tanto de ser mayores, de crecer. ¿Cómo? Busquemos la manera.
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