En Maubisse (con “b” es como se escribe) pase
consulta con otra colega, también de Timor y que, como Acidalia, estudió en
Cuba, por lo que fue sencillo entenderme con ella, Carlota, se llama. Tuve la
oportunidad de ver placas radiográficas cuyas imágenes sólo había visto en los
libros.
Me llamó la
atención la alta tasa de natalidad que
hay en este país, pero no todavía no lo había reflejado, a la consulta
acudió una mujer de 17 años, que llevaba un bebé de algo más de alrededor de un
año y otro en camino.
Al día
siguiente, jueves, antes de salir con SISCA, la hermana Odete- mi intérprete-
tenía que hacerse análisis, pero, a causa de una avería en la máquina, se
retrasó tanto que al final salió SISCA sin nosotros. Esta circunstancia hizo
que cambiáramos de planes y fuésemos al mercado de Maubisse, no sé cuántas fotos
hice, pero se hubieran podido hacer muchas más. Como los precios son más
baratos que en Dili hicimos acopio de víveres.
Por la tarde fuimos a otro pueblo, Flecha,
desde allí accedimos a un irador en lo alto de la montaña que, a modo de
atalaya natural, ofrecía unas vistas fascinantes.
Al día siguiente
fuimos a la población de Edi con SISCA, la carretera enseguida perdió su
nombre y se convirtió en camino de difícil tránsito. Me comenta la hermana que
hay algunos poblaciones a las que, tras largo trayecto en vehículo, tienen que,
después de dejarlos, ir andando durante algo más de tres horas para llevar la
asistencia.
Sólo su Fe, su
amor a Dios y al prójimo pueden explicar que no sólo no desfallezcan, sino que,
además, realicen esta tarea con alegría.
Por la tarde,
salimos para Dili y llegamos al anochecer allí
Nombres propios. Los que tenemos alrededor tienen nombres, son únicos, irrepetibles, maravillosos, 'jarrones' del mejor alfarero, de las manos de un creador que hace de la singularidad riqueza colectiva...
ResponderEliminarRafa, por favor, tráenos un puñado de esa alegría no pasajera...